Primeras impresiones (Medio Ambiente y Empresa)

Esta es la segunda de una serie de entradas en el blog sobre la experiencia colaborando en el curso Medio Ambiente y Empresa 2022-2

Al inicio del semestre pasé algunas semanas en un rol pasivo con el grupo, integrándome como estudiante y observando como monitor. Era muy curioso y diferente estar dentro de un salón de clase con mirada científica, analizando la pedagogía con que se dictaban los contenidos, diseccionando las dinámicas y las actitudes de los estudiantes. Fue gracioso referenciar en esas inmersiones que algunos estereotipos se cumplen casi al pie de la letra, en el caso de personalidades y modelos, cual serie de televisión de colegio hace 20 años. Y, aunque se podrían intentar argumentar patrones previsibles, me di cuenta que cada sesión es un universo diferente, cada sesión es una experiencia orgánica. Es por esto que se deben seguir revisando y cuestionando los modelos, anteriores y actuales, de manera iterativa, logrando cada vez gestionar la energía y las actividades de la manera más provechosa, aprovechando el esfuerzo del docente y cautivando la atención y el interés de su público.

Lo admito, en las primeras clases tenía miedo de asumir un rol activo y dictar contenidos o proponer dinámicas, pero entendí que esta vocación es la forma más bonita y sincera de retribuir las experiencias asombrosas de los últimos años. Así, empecé a soltar mi personalidad en “el escenario”, dándome cuenta que la espontaneidad, mezclada con un conocimiento firme y voluntad por transmitirlo, generan un ambiente cálido y confianzudo donde el juego de roles escolar se va presentando en simple complicidad.