El primer reto... ¿Ah, ese era el parcial? (Medio Ambiente y Empresa)

 Esta es la tercera de una serie de entradas en el blog sobre la experiencia colaborando en el curso Medio Ambiente y Empresa 2022-2

Llegó el momento de dirigir mi primera actividad del semestre. En esta ocasión elegí presentarles un reto contrarreloj, donde debían observar, identificar, idear y proponer; todo el proceso creativo condensado en un par de horas! Regularmente, los estudiantes de ingeniería estudian la teoría de procesos y funciones descendiendo por la cadena de abastecimiento y producción. Mi intención era activar su visión, inmersos en un ambiente cotidiano, donde pudieran tener la libertad fuera del aula para potenciar su criterio creativo.

La actividad se presentó en 3 etapas:

Siento que en ocasiones (más de las que me gustaría admitir) nos cohibimos de observar con nuestras “gafas profesionales” el mundo que nos rodea, en mi caso las gafas de diseñador. Me doy cuenta que cada vez paso menos tiempo jugando con el entorno que me rodea en mi cabeza, proyectando intervenciones de mejora sobre los sistemas que veo en la calle; actividad que me llenaba de energía e ilusión durante los primeros años de carrera. Tal vez ese pequeño (pero poderoso) ejercicio se haya visto reemplazado por el scrolling del celular que consume cada vez más momentos de mi vida, buscando migajas de dopamina virtual… Aterrizando al caso, esta “inmersión en lo cotidiano” era una buena excusa para que los estudiantes con formaciones profesionales diferentes a la mía pudieran jugar al "design thinking" en una clase. Menos de una hora para caminar atentos y re-descubrir problemas asociados con la sostenibilidad en el supermercado.

Dibujo la imagen del salón a los que están leyendo: Un espacio habitado por 24 estudiantes, sentados en pupitres escolares, separados por una barrera invisible entre carreras: En el extremo sur ingeniería industrial y en el extremo norte ingeniería bioquímica. Con las respectivas filas frontales vacías; práctica que parece ser común en todas las clases, y que todavía no entiendo.

Sabía que proponer la mezcla de personajes podría generar algo de fricción en la actividad, entonces lo dije de manera cordial y algo jocosa: ”aprovechen la actividad para conocer gente nueva, nuevos amigos, nuevos contactos, o quién sabe, nuevos romances. Qué tal en un futuro estén necesitando otro ingeniero durante un proyecto en su empresa y ese compañero industrial o bioquímico de la electiva figure todavía en su lista de contactos”. Eso fue más que suficiente para alivianar la dinámica.

No sé realmente cómo presentan trabajos académicos los compañeros de ingeniería en otras materias. Elegimos el formato de infografía en esta ocasión, pues el pensamiento visual es una forma poderosa de procesar la información. Como un platillo de comunicación ligero y bien condimentado, es provechoso para el que lo prepara y para el que lo consume.

Después de poco más de hora y media estaban todos los trabajos gráficos en nuestro chat de Whatsapp. Grupo por grupo, fueron presentando su pitch de 5 minutos donde nos contaban qué habían evidenciado en el supermercado y cómo creían que podía ser intervenido para su mejora ecológica. En paralelo, había preparado un formulario donde los estudiantes valoraban y comentaban el trabajo de sus compañeros en términos de relevancia, innovación y sustentabilidad. Para mí fue una espacio más que interesante: desde el punto de vista del “profe” que los asesoraba, pude evidenciar los estilos y la forma de diferentes personajes que comunicaban con su lenguaje gráfico, corporal y verbal la proyección de una actividad diferente, bien recibida, disfrutada y con excelentes resultados.

Al finalizar el último grupo, Andrés se levantó del asiento y dijo: “Muy buena actividad, todos tienen 5. Este fue su primer parcial”. Se cerró la clase con esa grata sorpresa, tanto para los estudiantes como para mí.

A continuación se encuentran las infografías resultantes de esta actividad contrarreloj: